miércoles, 1 de mayo de 2013

DÍA DEL TRABAJADOR

Mientras nos acercamos peligrosamente a los  siete millones de parados, entre los que están los pertenecientes a la generación mejor preparada, y perdemos nuestros derechos, disfrutamos una fiesta cuyo significado hemos ido olvidando.

En una época en el que los patronos de las fábricas se llenaban las manos con billetes y se hacía una política imperialista (motor remoto de las guerras mundiales) para arrasar las materias primas de otros lugares (lo que ahora llamamos tercer mundo), el proletariado vivía y trabajaba en unas condiciones deplorables, inhumanas. De aquí surgió cierto sentimiento de grupo, necesario para luchar por sus derechos, que han sido los nuestros durante mucho tiempo sin que los hayamos apreciado lo que debíamos.

Así se formó el movimiento obrero, harto del ataque de los empresarios, que -como decía- se enriquecían a costa de los trabajadores, entre los que se incluían niños.

El 1 de mayo de 1886, trabajadores estadounidenses fueron a la huelga. Pedían, entre otras cosas, la jornada de ocho horas. En Chicago, duró varios días y se acompañaba de concentraciones frente a las fábricas. Comenzó una lucha campal que llevó  a la matanza de trabajadores. Esto produjo una concentración en el parque Haymarket. Un explosivo acabó con la vida de un policía. Los demás dispararon , asesinando a gran número de obreros. La prensa alentó la idea de la venganza contra los trabajadores. Se pedía un juicio. Este tuvo lugar, aunque con gran cantidad de irregularidades. Se quería unas cabezas de turco, daba igual cuáles. Cinco de los acusados fueron a la horca.

A cambio, se había conseguido la jornada de ocho horas y aumentado la conciencia social del grupo obrero.

Se celebra -especialmente en Europa- ese 1 de mayo como el inicio real del movimiento obrero. Lo curioso que en EEUU, que -aunque afirme lo contrario- asienta sus bases precisamente en las desigualdades sociales entre empresarios y proletariado, no homenajean a sus trabajadores ese día.

Ese es sólo un ejemplo de la concienciación que hubo en las clases trabajadoras por conseguir unos derechos que, por ser humanos, ya debían poseer. La corriente obrera recorrió Europa y América, surgiendo asociaciones que defendían dichos derechos. Vidas se perdieron en el camino. Ahora, algunos pretenden volver a un estado anterior, mientras nosotros  se lo permitimos. Olvidamos cuánto costó conquistar esos derechos. Deshonramos la memoria de todos aquellos que lucharon y murieron para que nosotros tuviéramos unos derechos que, ahora, dejamos escapar.


1 comentario:

  1. Debemos recordar que las grandes libertades, a lo largo de la historia, se han conseguido de los grandes sacrificios, con familias yendo a la huelga sin tener que comer, o movimientos revolucionarios largos y tediosos, sin haber un claro final. No podemos esperar sentados en el sofá de casa a que la solución caiga del cielo como maná de los dioses. Las cosas, ya se ha visto, no funcionan así.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.