En 1904 recibiría el Premio Nobel Echegaray, el primer español en el recibirlo. El problema era no que lo compartiría con el autor Frederic Mistral sino que el verdadero destinatario no iba a ser él. Otro autor español (canario, pero asentado en Madrid) había sido el verdadero postulado para tal galardón. El problema era que ese escritor, su ideología, no era del gusto del gobierno de la Restauración, mientras que Echegaray había entrado a formar parte del turnismo de partidos.
La indignación movió a los entonces jóvenes escritores del grupo del 98. Levantaron una auténtica manifestación contra el pucherazo en el Novel (por presiones del gobierno) y en defensa de uno de los autores más comprometidos del Realismo: Benito Pérez Galdós.
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