El blog cultural (literatura, sociedad, aniversarios, curiosidades)de una docente que busca el ciudadano inteligente y cívico que no pueda ser manipulado ni engañado. Formemos ciudadanos de bien (ideal del XVIII).
Evidentemente, es una maquinación orquestada por el PP de perjuicio de la pública, empezando por las consabidas ventajas fiscales para las familias que llevan a sus hijos a concertados y privados, y acabando por las declaraciones de Lucía Figar. En lo que no estoy de acuerdo es en que las manifestaciones y huelgas vayan en menoscabo de la imagen de la educación pública. Es necesario hacerse oír en una sociedad que hace oídos sordos a todo, y en la que los medios de comunicación miran para otro lado. Los padres deben saber lo que está ocurriendo. Una vez tienen la información, ellos son los que deciden. Si después de esto, en vez de luchar por una educación pública de calidad para todos, prefieren irse a la competencia, perfecto, es su decisión, y ahí no podemos entrar. El ser humano responsable es el que no se rinde, e intenta hacer moralmente lo correcto. La educación de un hijo es algo muy serio, como para dejarlo en manos de Lucía Figar. Vamos, digo yo.
Se repite la historia, pero creo que la gente es más manipulable y realmente quiere menos a sus hijos. De lo contrario los protegería y defendería mejor. Te pongo un ejemplo que ya relaté en otro momento. Hace unos meses, en una academia, una madre se quejaba de la farsa del bilingüismo que sólo conseguía angustiar a los niños y que supieran menos que otros, por lo que su mente no sufría el desarrollo adecuado a su edad. El consejo fue que metiera a su hija en otro centro. La respuesta de la madre representa muy bien al español medio: "¿Cómo le voy a hacer eso?". Se ha extendido tanto la idea de aparentar una posición socieconómica que se prefiere dañar a los hijos.
Evidentemente, es una maquinación orquestada por el PP de perjuicio de la pública, empezando por las consabidas ventajas fiscales para las familias que llevan a sus hijos a concertados y privados, y acabando por las declaraciones de Lucía Figar.
ResponderEliminarEn lo que no estoy de acuerdo es en que las manifestaciones y huelgas vayan en menoscabo de la imagen de la educación pública. Es necesario hacerse oír en una sociedad que hace oídos sordos a todo, y en la que los medios de comunicación miran para otro lado. Los padres deben saber lo que está ocurriendo. Una vez tienen la información, ellos son los que deciden. Si después de esto, en vez de luchar por una educación pública de calidad para todos, prefieren irse a la competencia, perfecto, es su decisión, y ahí no podemos entrar. El ser humano responsable es el que no se rinde, e intenta hacer moralmente lo correcto. La educación de un hijo es algo muy serio, como para dejarlo en manos de Lucía Figar. Vamos, digo yo.
Se repite la historia, pero creo que la gente es más manipulable y realmente quiere menos a sus hijos. De lo contrario los protegería y defendería mejor. Te pongo un ejemplo que ya relaté en otro momento. Hace unos meses, en una academia, una madre se quejaba de la farsa del bilingüismo que sólo conseguía angustiar a los niños y que supieran menos que otros, por lo que su mente no sufría el desarrollo adecuado a su edad. El consejo fue que metiera a su hija en otro centro. La respuesta de la madre representa muy bien al español medio: "¿Cómo le voy a hacer eso?". Se ha extendido tanto la idea de aparentar una posición socieconómica que se prefiere dañar a los hijos.
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