martes, 19 de febrero de 2013

EL PRIMER SER HUMANO QUE VOLÓ


Todos recordamos la aventura de los hermanos Wright o de los inventos de Leonardo sobre aparatos voladores. Sin embargo, el interés por el vuelo viene de antes.

Se dice que el primer ser humano en mantenerse en el aire, que sepamos, habitaba en la  Córdoba musulmana. Era un inventor al que le movía la curiosidad. Con unos sesenta y cinco años, y el pleno siglo IX, construyó una máquina con alas. Ni corto ni perezoso la probó él mismo. Se lanzó desde una torre. Ante la sorpresa de todos, Ibn Firnas consiguió mantenerse en el cielo por un tiempo, aunque luego se precipitó contra el suelo. El inventor se magulló la espalda -¡para lo que podía haber sido!-, lo que provocó que sufriera dolores hasta su muerte, doce años más tarde.

Casi al inicio de la Edad Media un hombre surcaba el cielo. ¡Espectacular! ¡Lo que hace el ingenio del ser humano! Imaginad al pueblo contemplando a un hombre volando.

1 comentario:

  1. Menos mal que en todas las épocas ha habido y sigue habiendo espíritus inquietos capaces de cuestionarse las cosas e intentar llegar un paso más allá de lo establecido. Si no fuera así, todavía viviríamos en cavernas.
    Curioso, por otra parte, el artículo. Gracias, Patricia. No tenía ni idea de estas actividades medievales. Nunca te acostarás sin saber una cosa más, je je.

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.