sábado, 6 de octubre de 2012

NUESTROS PEQUEÑOS DIOSES: LOS ÁTOMOS.



 


Ya desde los presocráticos –en la Antigua Grecia- se intuyó que los seres se componían por elementos minúsculos indivisibles (de hecho la palabra átomo procede del idioma de esta reflexiva cultura).  Pero no se demostró esta teoría hasta ya el XIX  (Modelo atómico de John Dalton,  Amedeo Avogadro, Dmítri Ivánovich Mendeléyev, Modelo atómico de Thomson) y XX ( Modelo atómico de Rutherford, Modelo atómico de Bohr, Modelo atómico de Schrödinger, Modelo atómico de Dirac,  teoría cuántica ), aunque hubo un pequeño avance en el XVIII cuando  Antoine-Laurent de Lavoisier afirmó: La materia no se crea ni se destruye, simplemente se transforma, idea que ya había sido indicada siglos antes por los filósofos griegos.
Los átomos se componen por un conjunto de nucleones de dos tipos: protones y neutrones. Éstos se localizan en el núcleo a cuyo alrededor giran, en diferentes orbitales, los electrones. Pueden agruparse para formar moléculas.

Los electrones de la capa exterior de un átomo (electrones de valencia) son los responsables de los enlaces entre átomos.

Si el enlace es iónico (si se basa en la transferencia de electrones), se obtienen componentes iónicos como los minerales; si se basa en compartir los electrones disponibles (enlace covalente) se obtienen moléculas como el agua o el oxígeno.

 Dependiendo del número de átomos que forma la molécula, ésta puede ser: monoatómica (gases nobles) biatómica (nitrógeno), triatrómica (el agua) hasta moléculas compuestas mor millones de átomos, como sucede con el ADN o las proteínas.






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