¿LOS PADRES QUIEREN VERDADERAMENTE A SUS HIJOS?

Nuestra realidad se ha convertido en un verdadero esperpento. Se muestra en muchas facetas de ésta, pero hace poco fui testigo de una situación que me dejó anonadada y muy preocupada. Incluso podría afirmar que sentí que ya no había remedio para nosotros. Casi es mejor formatear este mundo y comenzar otra vez.
Seguro que habéis leídos mis quejas contra el maltrato a la educación (básico para una buena sociedad) y contra la política de la apariencia que se ha seguido en lugares como en Madrid respecto bilingüismo. Y es que hay una verdadera moda de centros "bilingües". Por un lado, las instituciones obligan bajo amenazas a los centros a convertirse en "bilingües", a pesar de que los profesionales de la educación estamos en contra, aún más cuando observamos las consecuencias y adivinamos la penosa manera en que  va a quedar la futura sociedad; por otro lado, se ha manipulado de tal manera a la ciudadanía que se la ha convencido -sin ningún argumento- de que meter a sus hijos en estos centros es más prestigioso, dando lugar a un sentimiento de culpa a aquellos que no procuren esta "educación" a sus hijos.

Lo veréis mejor con un ejemplo, que es representación de muchas situaciones en la actualidad. Hace poco fui testigo de una conversación un tanto absurda. La madre de una niña de primaria se quejaba de que veía a su hija muy perdida y cada vez más descolgada en Naturales. La pobre niña ya se la veía sufrir una angustia que no debe sentirse en la infancia. No estaba aprendiendo nada de nada: ni inglés ni Naturales. Por lo tanto esta dejando a tras su desarrollo. Recuerdo que la madurez y desarrollo de nuestro cerebro tiene una fecha de caducidad. Si se pasa ese momento y no se ha seguido un buen proceso, se dará lugar a un adulto en edad, pero no en mentalidad. Si eso ocurre, ya no hay remedio. Y actualmente se ve a muchos adolescentes (e incluso adultos) que sufren este mal.

Esto quiere decir que el ser humano necesita un largo proceso de desarrollo básico del cerebro que debe ser dirigido por los adultos (la suma de padres, profesores y sociedad). Si alguno de ellos es defectuoso, el niño lo tiene muy difícil para completar la madurez de su mente. Actualmente, se ha generalizado una actitud en la que los padres no se responsabilizan de todo ese proceso que depende de ellos (hay que dar unas pautas muy claras a los niños desde que son bebés) y, en su mayoría, se les olvida educarlo en lo básico. Así se pierde una gran oportunidad de hacer a sus hijos completos. Realmente, los propios padres  que siguen esta actitud ya han destrozado la vida entera de sus hijos, lo que me parece una verdadera canallada y debería considerarse delito. Son los padres los que fijan las bases de la personalidad de su hijo, así como el sistema de valores morales que ha de regir a todo ser humano. Si esto se hace bien, por muy mala que sea la sociedad (como ocurre con la nuestra), el niño tendrá la suficiente fuerza para no caer arrastrado por los vicios de ésta. Si la tarea de los padres no se hace, el tiempo en el que el cerebro tiene estipulado ser esponja para ello ha sido mal empleado y hace suyo todo lo perverso de la sociedad. En cuanto a la escuela, se nos olvida que no tiene que sustituir la responsabilidad de los padres. Puede ayudarla y corregir algunos defectos, pero realmente su función es la de desarrollar el cerebro del niño con la asimilación de conocimientos y procedimientos. El problema es que muchos padres olvidan su propia responsabilidad, dejando a sus hijos hasta que ya no hay manera de  ponerlos en línea. Así que se le pide a la escuela que haga lo que no han hecho los padres en su momento y que, además, dé los conocimientos y procedimientos de los que hablaba.

Este despropósito aumenta cuando a la Educación se le quitan medios para poder llevar a cabo su propia tarea y encima, ya de manera tardía y sin mucho remedio, la de los padres. Y la "política" del bilingüismo es en realidad humo, pero nocivo. Estos políticos de poca monta han vendido humo. Y resulta que es enormemente perjudicial para el desarrollo normal del niño en todas las facetas y de la sociedad futura. Los niños realmente no aprenden con este sistema y se van quedando atrás. La solución que se da es regalar las notas, con lo que en el instituto tenemos a unos adolescentes que se creen superiores al resto de los mortales, que no saben comportarse y no ven cómo es verdaderamente la realidad. Las pautas básicas de la moralidad de un ser humano no se les ha inculcado. Y a esto se suma que no tienen la más remota idea de su propia lengua (lo que ya va en perjuicio del desarrollo de su cerebro, pues aquella es la base) ni de los conocimientos básicos de las diferentes materias. De manera que este sistema va creando seres perversos y mediocre que se consideran la elite.

Sin embargo, sabido esto, voy a continuar con la anécdota. La madre en cuestión, que se quejaba del bilingüismo y del retraso de su hija en el aprendizaje, saca las uñas cuando, después de afirmar que no sabe cómo ayudar a su pequeña, se le aconseja que lo mejor es que la saque de ese centro. La respuesta de esta mujer fue algo así como: "no voy a hacerle eso". Muestra eso la sensación de remordimiento infundado que ha creado estos político al puro estilo de la dictadura. Vemos lo poco reflexiva y consecuente que es la sociedad. Nosotros nos damos cuenta de cómo está condicionado esta madre a su propia hija. ¿Pero ella? Tomará el modelo de estos politiquicuchos y culpará al primero que se pase ante sus ojos con tal de no aceptar que pudo hacer algo: quitar a su hija de ese centro y sablear a la Dirección de Área Territorial con quejas. Y es que muchos de estos padres no emplean adecuadamente el poder que tienen y que ahora van a ir perdiendo por las nuevas medidas que estamos dejando que imponga el Gobierno.