Despidos de trabajadores (tanto privado como público); eliminación de las ayudas por dependencia; disminución de presupuestos en la base de una buena sociedad (Educación, Sanidad);alza de precios de gas, electricidad, agua, gasolina; subida del IVA; bajada, otra vez, del sueldo de los funcionarios (bomberos, profesores, médicos..., pero no los altos cargos) -ya va en torno al 20% en educación, lo que sumado al 21% de IVA más otras subidas de precios ya puede imaginarse cómo son realmente las cosas en vez de como la cuentan los políticos que pinchan en el ojo ajeno para evitar que les presten atención-; aumento del paro -a pesar de los numerosos españoles que se han marchado a buscar trabajo a otros países-; robo de nuestro bienestar para entregárselo a empresas privadas controladas por políticos y familiares de éstos; eliminación de la prueba del talón, que descartaba enfermedades en los bebés; aumento de la pobreza y desaparición paulatina de la clase media; corruptos e incompetentes que llegan a un empleo público como es la presidencia o el congreso sin pasar unas oposiciones duras que prueben su valía; el copago sanitario; deshaucios mientras se rescata a los bancos con nuestro dinero; despilfarro en grandes y aparentes obras inútiles a partir de presupuestos que originalmente iban destinados a Educación, Sanidad, Investigación y Cultura (recordemos que los toros no cuentan como tal); violación de los derechos de los ciudadanos...
y mientras
Por esto, acude a la manifestación del 19 de julio en tu ciudad (20:30 en la Península; a las 19:30 en Canarias)
De nuevo tarde, aunque la reflexión, desgraciadamente y casi dos meses después de esta manifestación, sigue vigente. Soy una persona pacífica, y aunque he hecho todas las huelgas de mi sector (soy profesor de secundaria) el curso pasado, no voy a poder hacer lo mismo este curso porque hay que pagar la hipoteca y los números empiezan a tomar un color rojizo. Sin embargo, hay que empezar a tomar medidas más drásticas. En mi sector con la no corrección de exámenes en septiembre, boicoteando la selectividad, por ejemplo (es cierto que los chicos no tienen la culpa de estas cosas, pero tampoco la tienen los que harán Segundo de Bachillerato en cinco años, y si no hacemos algo ahora será su problema también). Y en cuanto a las huelgas, ya está bien de gritar en la calle mientras esta gente está en su casa, a kilómetros de distancia del gentío, con el poder como para impedir que la noticia salga en los medios, con lo que no les supone ningún problema. Hay que parar las calles de las ciudades importantes. Como diría Leo Harlem, "esto se nos escurre en vida".
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