viernes, 27 de enero de 2012

SETENTA AÑOS DE LA MUERTE DE MIGUEL HERNÁNDEZ. PARTE IV.



Miguel Hernández.
Tras la conferencia “imágenes para un poeta”, la siguiente intervención fue la de don ODÓN BETANZOS, a quien apenas se le oía. Sin embargo, quedan algunas ideas interesantes sobre la simbología que emplea Miguel Hernández. La mayoría de los símbolos (cárcel, hoyo, espada, toro) giran en torno a la obsesión de la muerte y la idea de angustia. De manera que todo consiste en un vivir sin vivir, ya que todo está rodeado por la muerte.

            A esta conferencia la seguían las comunicaciones. Como eran tantas, se hicieron grupos. Asistí a las dadas en el aula doce. El tiempo era poco, y había retraso; de manera que los ponentes leían demasiado rápido para que se asentaran las ideas. A pesar de esto, se dijeron cosas muy interesantes.

La primera comunicación hablaba sobre la lucha entre clásicos y mundo interior en Miguel Hernández, destacando su sinceridad. Aquí ha surgido la disputa de los críticos. Así que para comprobar la sinceridad de nuestro poeta hay que acudir a las cartas. Sin embargo es peligroso basarse en esto para leer la obra, pues yo poético y autor no coinciden plenamente; problema que no se  presenta con los novelistas, pues tenemos en cuenta que por un lado está el autor y por otro el narrador.
Constable.
Lo que hay que hacer es tener en cuenta los medios ideológicos y los literarios que configuran el poema. De manera que no sólo hay clasicismo (beatus ille), sino también neocatolicismo de la época en que M. Hernández participa en la revista Cruz y raya.
Así la visión rural es diferente del clasicismo, pues el poema expresa una visión católica, donde el campo representa la virtud divina; mientras que la ciudad, lo artificioso del hombre. Esto no aparece en el tópico clásico, pero sí en Sijé  y en la revista El Gallo crisis.
Esta ideología de mundo basado en el pecado será desechada por Hernández unos meses después de la composición del poema.
Gran Vía de Madrid.
En cuanto a la base literaria, se vincula con la elección del tópico horaciano de la alabanza de la aldea frente a la ciudad. También aparece base de Fray Luis de León (<<mundano bullicio>>), suministrando el esquema fundamental del tópico. Además hay presencia de autores como Gabriel Miró, Quevedo (retirado de la corte, contesta a un médico), siendo modelo directo Gabriel Galán. Éste es un poeta natural, con visión bucólica del mundo rural, cargándola de  la ideología de clase terrateniente a la que pertenece. Poemas de uno y otro presentan paralelismos: silva extensa, estructurada en dos partes (ciudad/ campo), anáfora, ausencia de Dios, yo de regreso se sitúa en presente ciudadano, sensación de vacío, tema de la lujuria (amplificación en poema de Hernández), presencia de misma sinécdoque, concepción moral…
No son dos poemas de misma tradición, sino que el de Miguel Hernández procede del de Galán; sin embargo, la composición del orihuelense superior formalmente.

Leer el poema de Miguel Hernández: Un silbo de afirmación enla aldea

Para saber más:

http://www.miguelhernandezvirtual.es/new/files/Actas_II_Presentacion/42luisma.pdf

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