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miércoles, 18 de enero de 2012

LA CORPORACIÓN: ANÁLISIS DE NUESTRO MUNDO. PARTE VI.



Y
 llegamos al final del camino, al final de este esclarecedor documental. Esta última entrega, la VI, resulta –para mí- la más interesante, pero también la más inquietante. Sumado a todo lo visto antes entra  por un lado una desazón al sentirnos muñecos; por otra, la certeza de que al conocer esta información somos cada uno de nosotros con nuestras decisiones y actos los que tenemos la posibilidad de terminar –o disminuir su daño-con esa manipulación. Ejemplo de ello son estos dos periodistas que bajo el estandarte de sus principios lucharon contra una poderosa empresa que violaba el derecho de los ciudadanos.








Nos habíamos quedado en el momento en el que el director del  canal llama a su despacho a los dos periodistas. Tras deambular por el mismo, les pregunta si ellos contarían esto. A lo que responden que ellos no van a mentir. Una semana más tarde (van lentas las cosas, supongo que para aburrir y para desquiciar a los periodistas con la intención de que abandonen su empeño). Les indica que han de hacer una serie de cambios evitando informar de la realidad (al fin y al cabo tiene abogados). La justificación que da es que el alto coste  de los canales le da “derecho” a indicar qué es noticia y qué no (¿no le suena de nada?). La amenaza es el despido (aquí cualquier persona se achantaría como con un matón del colegio que roba el bocadillo, pero este periodista no quiere ver sus valores sumisos y embarrados). Steve Wilson le responde que entonces él avisará a la Comisión de que su jefe lo despide por oponerse a mentir al público. Aquí termina, por ahora, el enfrentamiento.

Steve Wilson y Jane Akre.
La valentía del periodista provoca que la empresa tenga que cambiar de estrategia: el chantaje mediante la oferta de dinero. Esto es buenísimo, porque indica que los poderosos –acostumbrados a vencer con su tiranía- no son tan inteligentes. Steve Wilson pregunta que de cuánto se está hablando. El director responde que se les entregaría el resto del salario por ocultar lo que hace Monsanto y lo que ha hecho Fox. Además de no hablar con nadie de esto. Me sorprende el hecho de que no pueda comentarlo en la reunión del colegio, porque estoy segura de que más de uno sacrificaría la salud de sus hijos por unas sucias monedas. ¿Cómo estoy tan segura? Porque si fuera al contrario, entonces,  las empresas de esta calaña no volverían a intentarlo.

Sin embargo, la táctica es genial. Consigue que el director lo ponga por escrito e, incluso, que lo envíe a los periodistas poco después. Cuando llama para que firmen, ellos se niegan. Así que el atolondrado pide que le devuelvan el escrito. Ja, ja, ja. Merecido lo tiene.

Así que procura lo que antes he indicado como posibilidad: desgastar a los periodistas para que se marchen. ¿Cómo? Revisando y rehaciendo una y otra vez el reportaje. ¡Hasta ochenta y tres veces en ocho meses! ¡Increíble! Tanto Steve Wilson como Jane Akre tienen toda mi admiración. La sociedad iría mejor si hubiera más gente como ellos.

La mutación de los alimentos afecta al cuerpo.
El último recurso de la Fox era echar a estos dos periodistas. Steve Wilson se pone es contacto con la abogado de la empresa, que confiesa que los despiden por enfrentarse a ellos. Como bien dice Jane Akre, <<eso significa venganza>>. Así que pusieron una reclamación. Tres años después, salió el juicio (la justicia tan veloz en todos sitios). El fallo fue positivo, por lo que varias corporaciones apoyaron a Fox, apelando el veredicto.

Al final no consiguieron la retirada del producto. Como consecuencia los niños siguen bebiendo esa leche contaminada. Este es solo un ejemplo de la alimentación distorsionada que damos a nuestros hijos. ¿No será mejor intentar dar a nuestros niños unos alimentos que sepamos naturales, que no tengan una lista de ingredientes que no conocemos?

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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.