El blog cultural (literatura, sociedad, aniversarios, curiosidades)de una docente que busca el ciudadano inteligente y cívico que no pueda ser manipulado ni engañado. Formemos ciudadanos de bien (ideal del XVIII).
Con esta entrada no voy a hacerme muy popular. Tampoco lo pretendo. Sin embargo, se va extendiendo una actitud que me preocupa, de otras tantas: la separación, el distanciamiento de unos y otros. Así hacemos referencia (usando una nomenclatura que inventó el sector político) a <<violencia machista>> o la mal llamada <<violencia de género>>. No se confunda, querido lector. No estoy defendiendo la violencia a la mujer ni afirmando que no la haya (que la hay, y mucha; incluso, ejercida por las propias mujeres). Lo que pretendo es hacerle consciente (aunque seguramente ya lo es) de que erramos al condenar por separado la violencia según el destinatario. La violencia ha de condenarse en conjunto y tener la misma penalización. Es lo mismo el maltrato sexista (ya sea a mujeres u hombres, pues a causa de mi profesión he sido consciente de que lo hay y que se siente pudor a comentarlo porque <<te puede una chica>>), que el de la infancia, el laboral, el terrorista o a los animales. Todo es VIOLENCIA. Y se diluye el concepto si lo vamos dividiendo como síntoma de lo desconectados que estamos entre nosotros y nosotros con nuestro entorno en un individualismo egocéntrico. Hay que combatir cualquier acto de violencia, cualquier tipo de agresión de manera unida. Ha de combatirse ese comportamiento inhumano.