MITOLOGÍA CARIBEÑA: ERZULIE, DIVINIDAD DEL AMOR

En este día de los enamorados, nuestro relato mitológico va a ir dirigido a recordar a una divinidad Vudú de Haití: Erzulie. Parece que esta diosa es el cúmulo de creencias anteriores, aunque su origen remoto puede estar en Nigeria. Estos africanos llevados como esclavos, serían quienes introducirían la figura de Erzulie, que se uniría a otros, como la Virgen Negra de un tipo de cristianismo.

 

Erzulie

Esta diosa tiene dos rostros: el de la luz y el de la oscuridad. Por un lado, es una diosa benigna, espíritu del amor, la belleza, la danza, las flores y todos aquellos aspectos que representan lo femenino,  lo sensual y los ideales, así como la empatía y la integridad. Cuando tiene estos rasgos, se la representa como una joven mulata coqueta y hermosa, ataviada con tres anillos de compromiso, uno por cada uno de sus esposos. Sin embargo, tiene un lado oscuro, de celos y venganza, donde protege las injusticias hacia mujeres y niños. Se convierte, entonces, en una mujer rolliza y con cicatrices, una guerrera temible de la magia negra. Sus hermanas representan lo negativo del amor: dolores del parto, la venganza hacia los infieles, amor desdeñado, el sexo sin amor.

Cuenta la leyenda que, en 1847, en Saut d´Eau, apareció Erzulie sobre un árbol y comenzó a realizar una serie de milagros, entre ellos curar a los enfermos. Esto dio lugar a que los habitantes peregrinaran hacia el lugar. La Iglesia Católica procuró erradicar esa idea construyendo allí una iglesia en honor de la Virgen tras talar el árbol. Sin embargo, como siempre ha sucedido, los habitantes fundieron las dos creencias: Ersulie y la Virgen de los Milagros. Consideraron, desde entonces, que las aguas cercanas al edificio sagrado curan cualquier mal. Por ello, los creyentes pasan horas en ellas.

A veces, se la representa como una Dolorosa que llora ante la falta de amor existente en el mundo. Por eso, y para evitar que aparezcan sus espíritus vengadores con machetes de plata y ojos rojos, pongamos nuestro granito de arena para hacer un mundo de amor al prójimo.

Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email