Páginas

domingo, 6 de abril de 2014

EL LADRÓN SANTO

Hoy vamos a dirigirnos a la India a fin de recuperar uno de sus relatos mitológicos. Espero que lo disfrutéis.

En los bosques cercanos a Bundelkhand, habitaba una familia cuyo padre se dedicaba, especialmente, a robar a los viajeros, sin importar la condición de éstos. En una ocasión, divisó a siete santos y los hizo parar con la intención de que le dieran unas riquezas materiales que no poseían. Uno de los santos le preguntó si su familia estaba dispuesta a asumir el castigo consecuente a esa actitud. El ladrón respondió, seguro, que lo aceptarían. Sin embargo, el santo lo convidó a comprobarlo. El ladrón volvió una vez había preguntado a su familia, pero ésta no quería saber nada de castigos, de modo que el hombre quiso redimir sus pecados. El santo le indicó que repitiera MA-RA hasta que ellos volvieran.
De rodillas, el hombre recitó, una y otra vez, esas sílabas sin percatarse de que realmente estaba pronunciando el nombre de Rama.
Valmiki
Pasaron los años, pero seguía sin moverse. Tal era su quietud que las hormigas comenzaron a construir un hormiguero a su alrededor. Continuaron sucediéndose los años, mas él ni se inmutó hasta que un día los siete santos decidieron volver. Al acercarse al hormiguero, éste se desintegró y encontraron al antiguo ladrón con una larga barba y una gran fuerza espiritual. Tras el arrepentimiento, había renacido en ese hormiguero, por eso los santos lo llamaron Valmiki (hormiguero en sánscrito).
Desde ese momento, su poder espiritual atraía las visitas de gentes de todas partes. Un día, decidió viajar al río Tamasa. En el camino observó dos palomas que se arrullaban y comentó la inocencia del amor animal. Estaba hablando cuando una flecha atravesó el corazón de una de las palomas. Valmiki maldijo al cazador que hubiera hecho tal. Se dio cuenta de que sus palabras poseían cierto ritmo. Parece ser que fue el creador de la primera estrofa poética. Como fue el dolor quien la había producido, este tipo de composición se denominó shloka (dolor).
Valmiki escribiendo Ramayana
Y ese mismo día, el mismo Brahma visito a Valmiki. Le indicó que todo lo que le había sucedió él lo había decidido. Le ordenó que escribiera un poema sobre la vida de Rama. El texto perduraría.

El santo intentó explicar que él no sabía nada de Rama, pero, como le había asegurado el dios, entró en trance y ante sus ojos pudo ver todos los lugares y hechos que empleó para relatar la gran epopeya Ramayana.  De ella se dice que tiene el poder de liberar de sus pecados a todo el que la lea con respeto.




Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.