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domingo, 16 de febrero de 2014

CITA DEL DÍA: TRES POEMAS AMOROSOS DE JORGE MANRIQUE

En vez de poner cita, hoy voy a recuperar tres poemas de Jorge Manrique. Muchos sólo conocen sus coplas a la muerte de su padre, pero Manrique escribió también poemas burlescos y otros amorosos. De este último grupo, dentro del estilo del amor cortés, vamos a recordar tres.


Yo soy quien libre me vi,
yo quien pudiera oluidaros,
yo so el que por amaros
estoy desque os conoscí,
sin Dios y sin vos y mí.

Sin Dios, porqu'en vos adoro,
sin vos, pues no me queréys,
pues sin mí ya está de coro
que vos soys quien me tenéys.
Assí que triste nascí,
pues que pudiera oluidaros,
yo so el que por amaros
estó, desque os conoscí,
sin Dios y sin vos y mí.

Jorge Manrique


Diziendo qué cosa es amor
Es amor fuerça tan fuerte
que fuerça toda razón,
una fuerça de tal suerte,
que todo seso conuierte
  en su fuerça y afición;
vna porfía forçosa
que no se puede vencer,
cuya fuerça porfiosa
hazemos más poderosa
  queriéndonos defender.

Es plazer en c'ay dolores,
dolor en c'ay alegría,
vn pesar en que ay dulçores,
vn esfuerço en c'ay temores,
  temor en c'ay osadía.
vn plazer en c'ay enojos,
vna gloria en c'ay passión,
vna fe en c'ay antojos,
fuerça que hazen los ojos
al seso y al coraçón.

Es vna catiuidad
sin parescer las prisiones,
vn robo de libertad,
vn forçar de voluntad
  donde no valen razones;
vna sospecha celosa
causada por el querer,
vna rauia desseosa
que no sabe qu'es la cosa
que dessea tanto ver.

Es vn modo de locura
con las mudanças que haze:
vna vez pone tristura,
otra vez causa holgura
  como lo quiere y le plaze;
un desseo que al ausente
trabaja, pena y fatiga,
vn recelo que al presente
haze callar lo que siente,
temiendo pena que diga.

[Fin]

Todas estas propiedades
tiene el verdadero amor;
el falso, mil falsedades,
mil mentiras, mil maldades,
  como fengido traydor.
  El toque para tocar
quál amor es bien forjado,
es sofrir el desamar,
que no puede comportar
el falso sobredorado.

Jorge Manrique

ESCALA DE AMOR

Estando triste, seguro,
mi voluntad reposaba,
cuando escalaron el muro
do mi libertad estaba:
a escala vista subieron
vuestra beldad y mesura,
y tan de recio hirieron,
que vencieron mi cordura.

Luego todos mis sentidos
huyeron a lo más fuerte,
mas iban ya mal heridos
con sendas llagas de muerte;
y mi libertad quedó
en vuestro poder cativa;
mas placer hobe yo
desque supe que era viva.

Mis ojos fueron traidores,
ellos fueron consintientes,
ellos fueron causadores
que entrasen aquestas gentes
que el atalaya tenían,
y nunca dijeron nada
de la batalla que vían,
ni hicieron ahumada.

Desde que hobieron entrado,
aquestos escaladores
abrieron el mi costado,
y entraron vuestros amores;
y mi firmeza tomaron,
y mi corazón prendieron,
y mis sentidos robaron,
y a mí sólo no quisieron.

Fin

¡Qué gran aleve hicieron
mis ojos, y qué traición:
por una vista que os vieron,
venderos mi corazón!

Pues traición tan conocida
ya les placía hacer,
vendieran mi triste vida
y hobieran dello placer;

mas al mal que cometieron
no tienen escusación:
¡por una vista que os vieron,
venderos mi corazón!


Jorge Manrique


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