Todos sabemos que el castellano procede de una zona en el que influyó el vasco. De ahí, que algunas características coincidan, como la dificultad de distinguir el sonido de la b y de la v. Según Lapesa, este problema procede de un hecho físico; es decir, el tipo de agua de la zona provocaba el desgaste de los dientes hasta que se caían los delanteros. De este modo resultaba imposible realizar el sonido de la v, que mezcla la b con la f, por lo que los incisivos inexistentes debían morder levemente el labio inferior.
Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.