Siempre vemos en la realidad o en las películas cómo, rápidamente, como un tic, se cierra los ojos al muerto. Ahora puede ser que lo consideremos un signo de respeto, pero procede de una superstición. Se creía- y en algunos lugares aún se piensa- que si se dejan los ojos del muerto abiertos, éste se llevará al otro lado al primero que vea.
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