Según un mito sudafricano, Qamatha-el Creador- mandó al camaleón con un mensaje para los seres humanos. En él les indicaba que nunca morirían. Sin embargo, el camaleón estaba agotado. Paró a descansar. El lagarto le preguntó su destino. Cuando el camaleón se lo contó, salió corriendo. Por el camino fue anunciando a la gente que su destino era fallecer. Un poco después, llegó el camaleón y entregó el verdadero mensaje del Creador. Mas los seres humanos, que estaban llorando, no lo creyeron. Por eso morimos.
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Desconocía este mito. Es algo extraño, pero curioso. Como tantos otros, se vale de un equívoco para marcar el devenir, en este caso, de toda una raza.
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