En una época primitiva se consideraba la tierra la deidad más importante, porque toda la subsistencia de los humanos dependía de ella. De modo que evitaban corromperla con el castigo de un criminal. Así surgió la crucifixión.
Se sabe que existía al menos desde el siglo VI antes de Cristo, pero se conoció dos siglos después por Alejandro Magno gracias a los persas. Con los romanos se perdió el significado místico de la crucifixión y se empleó como la más temible tortura para poder controlar a numerosa sociedad.
Pero ¿qué sucede al cuerpo con la crucifixión? Con los brazos en alto mientras la gravedad tira hacia abajo las costillas tienen problemas para hacer el movimiento de la respiración. Esto llega a provocar la inconsciencia y la muerte. Sin embargo, el historiador Josefo describe que un preso duró hasta tres días.
El ser humano siempre encuentra nuevas formas de tortura. Los mimbres, ciertamente, son los mismos en el cerebro humano, herramienta de la que pueden brotar grandes inventos como la electricidad o los aviones, pero también aberraciones, como la bomba atómica.
ResponderEliminarGracias, Patricia, por la curiosidad. Dato muy interesante el de la crucifixión para elevar al reo y evitar el contacto con la tierra, para venerarla y no mancillarla. No lo conocía.