Ya comenté en otra ocasión que me causaba pena esta mujer, sus ojos tristes de quien se siente un objeto. Sin embargo, en esta fotografía es de las pocas -por no decir la única- en la que sonríe de verdad.
Esta foto va dedicada a los cinéfilos, pero especialmente, y con cariño, a Fernando López.
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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.