Os traigo un artículo de La garita del guachimán donde se reflexiona sobre la actitud de algunos jóvenes. He de confesar que creo que esa mala educación va infestando nuestra sociedad, que cada vez se muestra más bárbara y estúpida; por consiguiente, más manipulable. Además me sorprende el hecho de que pueden estar maltratándonos en todos los sentidos desde el poder y estos grupos ni se inmutan; sin embargo, para las estupideces más grandes, la montan. Este es el caso que aquí nos presenta Guachimán.
¡VAIS A MORIR, HIJOS DE PUTA!
Recuerdo que el ser cívico es un signo de inteligencia, por lo que los protagonistas de el hecho narrado en La garita del guachimán quedan totalmente en ridículo ante los que tienen amueblada la cabeza. Me llama la atención una mala costumbre que se va extendiendo que es la de ir gritando por la calle, a cualquier hora del día o de la noche (y qué decir de llevar el móvil con la música a todo volumen). Y no me refiero a sólo los jóvenes, adolescentes y niños, sino también a mayores (de algún sitio deben "aprenderlo" los otros). Así vemos cómo la sociedad se va idiotizando cada vez más. Lo cívico -os remito a los bandos de uno de los alcaldes más queridos de Madrid, un verdadero intelectual con alma paternal: Tierno Galván-, inteligente y moral es que llamemos la atención a esta gentuza. Sin embargo, pobre del que lo haga (cada vez hay menos gente digna que realice esta acción). Puede encontrarse con exabruptos o con argumentos que dan más muestras de lo imbécil que es el interlocutor. Esto no debe hacernos cejar en nuestro empeño de seguir intentando que se extienda la inteligencia por nuestra sociedad. Es la actitud moral. De modo que la verdadera culpa de que vaya ampliándose el número de gente que no sabe comportarse ni pensar en los demás - además de unos padres que no han hecho su trabajo y han condicionado a su hijo a las más ridículas muestras de estupidez- es de aquellos que van dejando solos a los que dan la cara. Si en esto ya lo hacen, puede entenderse que en momentos aún más relevantes los abandonen también.
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Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.