Como muchos sabéis, ayer tuvo
lugar el primer Café Literario de Escritores de Rivas de la temporada: Voces con Dickens, voces contra la
injusticia.
Los presentes abrimos boca con las
palabras de Manuel Hernández, un verdadero alegato contra las injusticias que,
tristemente, relacionan con fuerza el XIX con la actualidad. Se quejó del
olvido que sufre la cultura en estos momentos, a pesar de la importancia para
la sociedad, a la que intenta despertar de su letargo, del miedo. Y esto
entronca con el valor del humor gráfico como muestra de crítica de la realidad,
pues el humor vence el miedo. Y es que sufrimos injusticias equiparables a las
del XIX, aunque los artífices han cambiado el nombre. Si antes era la
aristocracia quien jugaba con el pueblo, ahora
los nuevos explotadores son los banqueros, grandes empresarios, etc. Y
eso no puede permitirse. Por eso, la literatura y los intelectuales en general
tienen una gran responsabilidad, por caridad y por civismo: mover conciencias
con sus medios. Personalmente, estoy totalmente de acuerdo, punto por punto,
con Manuel: la literatura es belleza, arte, pero está completa y no es una mera
literatura comercial cuando se preocupa por el ser humano y hace cambiar algo
en el alma del lector.
Tras esta entrada de Manuel, tomó
la palabra un escritor torbellino, un escritor ejemplo claro de lo que Manuel
pide en su presentación. Y es que Fernando López es un escritor completo, de
los que mueve el alma del lector y del oyente, unas veces con una evidente
angustia otras con un humor esperpéntico y surrealista que esconde el dolor por
lo que ocurre en la actualidad. En definitiva, Fernando tomó el testigo de Manuel
y habló sobre la literatura y su papel social.
En primer lugar, nos advierte que
considera que escribir es un acto de
soledad pero mirando a la sociedad.
Y es que tanto la literatura como el resto del arte han tenido una relación amor y odio con el poder. Entonces nuestro
autor recuerda que ha existido siempre una discusión sobre si la literatura es
social o si es sólo mera belleza. Y cita: la
escritura nunca es neutral. Un hombre sin ideología es un ser mutilado.
Nos recuerda que ante esas
injusticias muchos escritores –desde el
inicio de la historia de la literatura- han actuado mediante sus textos a fin
de movernos a ser mejores personas. Recuerda que en nuestra propia literatura
tenemos una gran tradición social. Y aquí apostillo yo que sólo hemos de
recordar las cantigas de mal decir, La
Celestina, Lazarillo de Tormes, El Quijote, El sí de las niñas, Fortunata
y Jacinta, Unamuno, Valle – Inclán, Lorca, Aldecoa y un largo etc. Es
curioso que lo que consideramos buena literatura no es sólo pericia con la
palabra, sino que tiene un gran contenido humano. Y personalmente creo que es
esto lo que falla a la llamada literatura comercial, la unión magistral de
ambos elementos de la esencia de lo que sí es Literatura.
Además, nuestro poeta reivindica
la preocupación social de otras formas literarias y a simple vista pueden pasar
inadvertidas por un lector despistado. Y también estoy en total acuerdo con
Fernando aquí. Y es que el valor simbólico
de la épica – fantástica, el género de terror o el de ficción oculta una
queja y una crítica social que también desea mover la conciencia del lector,
aunque su forma de llegar no sea tan evidente como la que suele considerarse
literatura social. ¡Bravo, Fernando!
Lo ejemplifica con los textos de
Tolkien –que bien sabemos que simbolizan el peligro del mal que acecha y que
se concreta en su época con las guerras mundiales y la problemática alemana-, Drácula –para Fernando representación de
una aristocracia que chupa la sangre, que explota al pueblo-, la literatura de
zombis (representación de esta sociedad
sometida, descerebrada, consumista, brutal, y que sólo se preocupa por extender
esa enfermedad de consumismo y descerebramiento
a los demás) y la ciencia – ficción de H. G. Wells, Ray Bradbury (Fahrenheit 451).
Advierte que para él
la verdadera literatura social no es lo que se suele llamar así, sino la que
muestra al hombre sometido. Ejemplifica con el Diario de Ana Frank y
Lanzadera en una cripta de Wole Soyinka.
Termina su intervención con la
lectura del poema Fuga de Muerte, de
Paul Celan
Negra
leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra
ordena tocad para la danza
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra
ordena tocad para la danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no
se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la
danza
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no
se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la
danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí
te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de
Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de
Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita
Después de la lectura apasionada
de Fernando López, hace entrada nuestra querida Elena Muñoz. En primer lugar
nos recuerda que el otro coordinador y escritor José Guadalajara no puede estar
presente ya que se halla en un encuentro de escritores en Calatayud.
Después, entra en materia uniendo
la temática del Café con un recuerdo de la infancia, la visión de una película
que le da a conocer a Dickens. Y nuestra combatiente intelectual asegura que la
cultura ha de estar al servicio de la sociedad, teniendo la obligación y la
responsabilidad de llegar a los demás. Así que ese es el papel de los
intelectuales: observar la realidad y mover conciencias, pero desde la calidad
del arte literario. Ejemplifica con un texto de su blog: Mira la pancarta...
A continuación comienza la
tertulia moderada por la misma Elena Muñoz. Participan tres escritores de
categoría. Empiezo por el invitado: Alfonso Gutiérrez Villacañas, Ricardo
Virtanen y José Luis Morante.
El primero es autor de la novela
Los olvidados del orfa, una obra que, según el propio autor, escribió más como
medio terapéutico que como crítica social. Pero quiere plasmar que el ser
humano –y en especial un niño- puede aguantar
o acostumbrase al frío y el hambre, pero no a la falta de cariño. Además
fue un regalo para todos los que estuvieron en el orfanato, esos niños que
tienen ya ochenta y un años o unos cuarenta, para que se los recuerde. Y todas estas vivencias se plasman en el libro desde el prisma de un niño aunando
también alegría, pues los seres humanos olvidamos lo malo para poder vivir. Es posible
que por ello sus compañeros de agonías lo consideraran suavizado respecto a la realidad. De cualquier
modo, todo esto lo dice mejor Elena en una de las entradas de su blog.
La moderadora pregunta a los
contertulios qué papel juega el escritor ante las situaciones: ¿refleja la
sociedad o la denuncia?
Comienza Virtanen respondiendo
que la literatura es social en sí.
Según el autor, toda la literatura es social porque estamos determinados por el
contexto. No vivimos en una burbuja. Eso sí, la propiamente social se rebela
contra el sistema, porque la literatura es una
arma cargada de futuro. De esta manera puede tener una gran incidencia en
la sociedad. Y pone como ejemplo actual a Riechmann (me encanta este poeta; si
no os habéis hecho con su nuevo poemario ¿a qué esperáis? Es una maravilla
tanto en lo literario como en el formato, que imita la libreta que lleva
siempre encima un poeta).
Interviene entonces Morante,
indicando que la literatura de Dickens no es social y que su forma de escribir
es propia de la época victoriana. Entonces, nos recuerda su contexto y su vida.
No voy a repetirlo aquí. Podéis leer la información en este enlace.
Si habéis prestado atención al título
del enlace, os habréis dado cuenta de que no estoy de acuerdo con las palabras
del poeta.
Morante indica que la literatura
es un fin en sí mismo, no un medio. Pero es inspirador.
Elena hace la siguiente pregunta: entonces, ¿los autores
sólo queréis un fin estético o también mover?
Virtanen presenta la poesía como
una toma de conciencia, como una forma de alertar, de llamar la atención sobre
algo. Y Morante considera que un escritor no hace pasquines; hace denuncia,
pero la escritura es por sí misma. Añade que Dickens es una autor social si lo
definimos como plasmador de personajes fuera de la aristocracia. Para Virtaren,
además, es una autor idealista que repite estereotipos en varias novelas, como
es la figura del niño. Le preocupa la injusticia porque está en el entorno
literario.
Concluye la tertulia con la
lectura de un capítulo de la novela de Alfonso Gutiérrez Villacañas. Una
maravilla. Seleccionó un texto inocente y divertido dentro de ese ambiente de
orfanato.
Tras unos diez minutos de
descanso, Virtanen se pone su sombrero y
pasa de poeta a cantante, como indica Elena.
Primero toca una pieza
instrumental con sabor brasileño. Al concluir, nos confiesa que su labor de
músico continúa, pero que la de cantante la había abandonado y ha tenido que
prepararse por la insistencia de Elena. Y me alegro que esta mujer tan
persuasiva lo haya convencido. Una voz muy bella.
Nos canta Pero estás aquí, una composición social y muy al hilo de la velada.
Nos relata que en su juventud
como canta – autor musicaliza poemas de varios autores, entre ellos Volver de Gil de Biedma. Mandó el
resultado al autor, pero él, ya enfermo y nominado para el Cervantes (que no
obtuvo), no le respondió. Y poco después murió. ¿Qué pensaría el poeta de sus
versos musicados?
La siguiente canción fue
compuesta por un Virtanen en duermevela tras sufrir una extraña pesadilla: Ojos negros.
Y por último, nos pide que palmeemos
al ritmo la última canción: Ven cuando te
vayas.
Como veis, un Café Literario
completo e interesante que concluyó con un lujo musical. Sólo faltó un
ingrediente: José Guadalajara.
Estupenda crónica del evento, muchas gracias por tus apreciaciones, salvo en lo mío estoy totalmente de acuerdo. Y, es más, opino que los escritores PUEDEN cambiar la realidad. Ejemplo: HG Wells; sin él nadie pensó en un "rayo calorífico". Hoy existen esos rayos láser de los marcianos de la Guerra de los Mundos. Gracias siempre por todo Patry.
ResponderEliminarMuchas gracias. A mí me pareció extraordinaria tu intervención. Un contenido muy inteligente y de mente muy abierta. Un buen análisis que se le olvida hacer a algunos críticos encorsetados.
EliminarTotalmente de acuerdo contigo. Lo que es buena literatura no sólo domina la palabra, sino que cambia el mundo, partiendo desde la intimidad del lector.
Gracias, fue una intervención muy constructiva.